La zona de la boca es especialmente sensible y vascularizada y, por tanto, suele sangrar con gran facilidad y de forma aparatosa. Si has recibido un golpe en la zona bucal y tienes mucha sangre, intenta mantener la calma y no asustarte.
Es necesario que, ante todo, enjuagues agua y limpies bien la zona. Esto te permitirá tener una visión más clara. Tienes que revisarte las partes más blandas como los labios, las mejillas, el paladar, el frenillo labial superior o la lengua, para detectar de dónde sale la sangre. Una vez encuentres la herida, presiona con una gasa o un pañuelo limpio durante unos 15-20 minutos para cortar la hemorragia.
Ten en cuenta que si en el momento del golpe estabas comiendo o tenías alguna pastilla o chicle en la boca, deberías retirarlo lo antes posible.
Una vez que la zona ya no esté sucia ni con sangre, puede que no haya ninguna lesión traumática y que únicamente sea una herida superficial de las mucosas bucales. Pero… ¿qué ocurre si siento dolor o si hay lesiones físicas? A continuación te explicamos qué tipos de lesiones existen y cómo tratarlas:
En caso de que sientas dolor en alguno de los dientes, pero a simple vista no se vea ninguna lesión, corresponde a un trauma dentoalveolar. En este caso, el golpe te ha afectado a las estructuras de apoyo que rodean los dientes y aunque no haya fractura o desplazamiento evidente, es necesario que sea evaluado por un odontólogo para diagnosticar, tratar y evitar secuelas.
- Rotura del diente (fractura o astillado)
Si el golpe nos ha provocado la ruptura de la pieza dental, es importante que guardemos este trozo con leche fría o suero fisiológico. Lo habitual es que este trozo pueda volver a pegarse el diente o, en el caso de que haya una grieta, que se pula para que quede alineado.
Una luxación es cuando un diente se desplaza de su posición natural, separándose o perdiendo la continuidad entre los tejidos de su alrededor. Ante esta situación, es necesario realizar una exploración clínica y radiológica de la zona, para valorar el grado de desplazamiento y determinar si existe una fractura de la zona radicular. En su mayoría, se hará una recolocación del diente luxado, una inmovilización del mismo y un control posterior.
Una avulsión es cuando la pieza dental sale completamente de su alvéolo. Al producirse, el sistema de fijación del diente se lesiona, por lo que la pulpa se necrosa y se pierde la pieza dental. En caso de que la lesión afecte a una pieza definitiva, debe conservarse el diente perdido y acudir rápidamente a la clínica dental. Es muy importante coger la pieza dental, limpiarla para quitarle la suciedad y transportarla a la clínica con leche fría o suero fisiológico. Una vez en la clínica y después de realizar varias comprobaciones, se procederá a la reimplantación. Después de la intervención, el paciente deberá utilizar una férula durante tres semanas hasta que se fije el diente.
En caso de que la pieza perdida sea temporal, no se volverá a implantar y se dejará que crezca la definitiva que ocupa ese espacio.
La intrusión o luxación intrusiva es conocida cuando la pieza dental es empujada hacia el interior del hueso. En este caso, será necesario acudir a la clínica dental con urgencia para que los especialistas estudien exhaustivamente el caso. Si la corona dental todavía es visible, en la mayoría de los casos el diente afectado descenderá hasta su posición correcta. Si el diente no se ve y éste es definitivo, deberá realizarse un tratamiento de reposicionamiento con ortodoncia o reposicionamiento quirúrgico.
En el Instituto Dental Pere Claver, somos expertos en tratar traumatismos orales. Si recibes un golpe, no dejes pasar el tiempo, sigue nuestras indicaciones y haznos una visita. Mediante una evaluación exhaustiva de la boca y una radiografía, podremos determinar qué tipo de lesión tienes y qué tratamiento es el idóneo.
Puedes pedirnos una cita llamándonos al teléfono 93 443 12 00 o dejándonos tus datos en el formulario de nuestra página web.
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