Caries:
Nature Communications afirmaba en su estudio que la aparición de caries y la periodontitis están relacionadas con la genética, puesto que se han identificado hasta 47 genes que implican estos problemas de salud. Aún así, lo que heredamos es la tendencia (o no) a tener caries, pero en ningún caso podemos responsabilizar al 100% a nuestros progenitores de sufrir esta enfermedad. La caries no se origina simplemente por la genética, sino que existen algunas circunstancias externas que incrementan la posibilidad de padecerlas. Estas pueden ser tanto el tipo de alimentación, la ingesta frecuente de azúcares, la sequedad bucal, la higiene, la composición de la saliva y el microbioma. Así que: ¡sigue nuestros consejos para prevenir las caries!
Calidad de la saliva:
La saliva es un protector natural para nuestros dientes, ya limpia los residuos de alimentos y bacterias, proporciona iones para la remineralización y tiene capacidad antibacteriana y antivírica. En definitiva, dependiendo de la calidad de la saliva que puede venir marcada por la genética, tendremos más capacidad de mantener el pH de nuestra boca, neutralizar los ácidos y proteger los dientes y las encías.
Los dientes supernumerarios:
Esta anomalía se define como la presencia de una mayor cantidad de dientes de los previstos. La herencia juega un papel muy importante en la aparición de piezas dentales de “más” ya que se asocia con un gen recesivo asociado al cromosoma X y que, por tanto, es más probable en hombres que en mujeres. Esta anomalía puede impedir la erupción de los dientes permanentes y, por lo tanto, haría falta un tratamiento de cirugía y de ortodoncia para tratarlo.
La malposición dentaria:
Una mala alineación también se puede transmitir de padres y madres a hijos/as. Además, no siempre es una cuestión estética, sino que a veces también se debe corregir la mordida para conseguir una buena salud bucodental. ¡Eso sí! No siempre podemos relacionar malposición con la genética: los dientes pueden desarrollarse de forma desigual también a causa de problemas de crecimiento de la mandíbula por la obstrucción de las vías respiratorias y por enfermedades bucodentales, entre otros.
Enfermedades de las encías:
La enfermedad periodontal es una infección de los tejidos que se puede dar por malos hábitos de cepillado y/o el mal uso de la seda dental. Hay enfermedades como la diabetes que pueden ser un factor de riesgo para esta anomalía, pero también la predisposición genética puede influir. De todas maneras, para evitar la periodontitis, lo más importante es mantener una buena salud oral, evitar fumar y los medicamentos que disminuyan el flujo de la saliva.
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