Antes de saber que es la deglución atípica, tenemos que tener claro que deglutir es el mecanismo por el cual los alimentos y la saliva realizan el recorrido desde la boca hasta el estómago. Sabiendo esto, entenderemos que cuando hablamos de deglución atípica o disfuncional nos referimos a una anomalía relacionada con nuestra forma de tragar y que puede afectar a las estructuras orofaciales como los dientes, la mandíbula, el paladar, las encías, los labios y la lengua.
Básicamente, se produce cuando se realiza un movimiento incorrecto a la hora de deglutir o ingerir los alimentos y la lengua presiona contra los incisivos superiores o inferiores durante la deglución, haciendo que la arcada que se presiona se desplace hacia adelante.
Hay diferentes tipos de deglución atípica y, en su mayoría, se pueden detectar a simple vista. Existe la deglución con interposición lingual que sucede cuando, al tragar, los dientes no se ponen en contacto porque la lengua se interpone entre ellos. La deglución con presión en incisivos superiores o inferiores, que sucede cuando la lengua empuja los incisivos desplazándoles hacia delante; la deglución con interposición labial, cuando al tragar los dientes frontales se sitúan sobre el labio inferior y, por último, la deglución con contracción de la musculatura periorbicular, cuando se contraen los labios contra los dientes frontales al tragar.
Se trata de una anomalía bastante corriente entre los más pequeños, ya que es frecuente en el 50% entre los niños y niñas de 5 años de edad, un 38% a los niños y niñas de 8 años de edad y un 30% en los y las jóvenes.
Pero… ¿Cómo podemos detectar si nuestro hijo/a sufre esta anomalía?
La causa de la deglución atípica es multifactorial, es decir, no es por un solo factor y se puede dar por distintas razones: costumbres, cuestiones hereditarias, rutinas, etc. Por ejemplo, un uso prolongado del biberón o del chupete o el hábito de succión de los dedos puede impedir la maduración de estos músculos y generar este trastorno. También puede darse por el abuso de alimentos triturados, anomalías en el desarrollo de los huesos maxilares, por tener frenillo lingual corto o hipotonía y/o por ausencia de piezas dentales.
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El diagnóstico y el tratamiento de la deglución atípica es multidisciplinar: entre el/la logopeda y el/la ortodoncista. Se suelen detectar los síntomas en la edad escolar y nuestro consejo es acudir, en primer lugar, al o la logopeda, para que este/a pueda realizar un diagnóstico completo que incluya la identificación del hábito parafuncional.
El tratamiento del/la logopeda se trata de una terapia miofuncional que consiste en realizar ejercicios que permiten la reeducación de los patrones musculares para llegar a normalizar las funciones orales alteradas (deglución, respiración, etc). En definitiva, es un tratamiento que intenta disminuir las presiones de la musculatura contra las estructuras óseas.
El o la ortodoncista lo que puede hacer para corregir el hábito de deglución sería posicionar unas rejillas linguales que pueden ser removibles o fijas y que se aplican tanto a las arcadas superiores como inferiores y que indican donde tenemos que posicionar la lengua.
Aun así, donde se implica más el/la ortodoncista dentro de esta patología es cuando la deglución atípica ha causado una maloclusión. Es cuando se estudia tratar al o la paciente con una ortodoncia u otros tratamientos para resolver la anatomía de la mordida.
El mejor tratamiento para este tipo de problemas es la prevención y la anticipación, por lo que tiene especial relevancia presentar atención a los hábitos de los y las menores.
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